viernes, 10 de octubre de 2014

Nada

Hoy no he hecho nada.

Mi mente ha vagado por parajes inmundos llenos de pensamientos que revoloteaban sin parar. Mas por miedo de quedarse ahí dentro para siempre, arrollada por ese remolino de sensaciones e incertidumbre, se ha alejado sin tocar siquiera con la punta del dedo la caricia punzante de los rincones del abismo, el abismo de mi interior.

Por ello, he de decir que siento un vacío extraño que se hace cada vez mayor. Quisiera que el mundo entero se apagase, y yo siguiera en mi burbuja particular, a gusto, alejada de todo.

Corren tiempos difíciles, solían decir los reyes y reinas cuando en su imperio quebraba la paz. Hoy en día lo hacen los políticos cuando su programa electoral cae en declive y el pueblo se les vuelve en contra. Pero yo no puedo ser rey ni reina, ni siquiera un político mediocre. Al menos hoy.  No soy capaz ni siquiera de refugiarme en esas tres pocas palabras para librarme de la responsabilidad de mis propias incongruencias. Sólo se me ocurre decir: hoy no siento nada.

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